Y fue así…
Apenas al mirarla entendí que era ella
ese amor que desde siempre esperaba.
Lo supe cuando en el primer encuentro
frías de emoción temblaron mis manos.
Así lo sentía cada vez que se acercaba
y mi corazón sin control se desbocaba.
Lo percibí cuando mi sangre se entibió
con apenas un leve roce de sus labios.
Tuve la certeza de un sueño realizado
cuando la escuché decirme “te quiero”
y en ese mismo instante nos miramos
confesándonos como dos enamorados.
Entonces los ojos de luz se inundaron
y con un par de lágrimas de alborozo
el recién estrenado amor bautizamos
luego la promesa con besos sellamos.
JFattore.
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