Después de tanta sequía hoy la lluvia bendijo la sedienta montaña, gotas cristalinas de vida y reverdeceres bañaron la tierra, desde las copas de los arboles bajaban en caravanas arrastrando el polvo con el que el recio verano todo lo había cubierto, diáfanas gotas que a las mustias hojas devuelven el brillo y su natural ligereza para danzar con el viento, mientras que en el jardín los nocturnos habitantes custodian celosos los pequeños charcos en cuyas orillas cantan y bailan celebrando la llegada de las primera aguas… noche de brisa fresca con olor a tierra mojada, de cielos limpios y relucientes estrellas que reviven la esperanza y anuncian un amanecer con brotes de colores de abril…
JFattore.
No hay comentarios:
Publicar un comentario