Mientras soñaba despierto, cerré los ojos un instante y me transporté a aquella paradisíaca playa de blanquecinas arenas de coralino cristal, y ahí estaba ella, como tantas veces la había imaginado, caminando hacia el improvisado altar donde la aguardaba impaciente, la veía venir, radiante, sonrosada, vestida de fresco blanco, a su paso el mar embelesado, reverenciaba su hermosura bordando de espuma perlada sus pies descalzos, que parecían flotar sobre la alfombra de cristalinas arenas de nácar y coral… ella hermosa, coronada con una tiara de alegres flores silvestres lazada a sus brunos cabellos que coqueteaban con la brisa marina y caían en cascada por la que se deslizaban los arreboles de la tarde… entretanto el sol cual testigo de gala, vestido de broncíneo dorado colgaba en el horizonte casi rozando las aguas sin intensión de marcharse hasta no ver el beso de los amantes, así mismo un par de estrellas que a destellos repentinos curiosas se asomaban… todo esto, mientras la novia avanzaba llevando entre sus manos a la altura de la cintura un ramito de rosas blancas y alelíes que casi pasaban desapercibidas ante la belleza de aquel rostro angelical, jamás habíase visto en la fantasía de los cuentos ni en la realidad novia más hermosa, nunca otra igual… mi corazón entre nervios y alegría galopaba dentro de mi pecho al verla aproximar y justo cuando mi mano extendida casi tocaba la suya, una corriente helada me hizo volver a la realidad, haciéndome entender que todo lo había vivido durante un falso despertar… sin embargo, después de espabilarme aún seguía latiendo acelerado mi pecho… quizás, el corazón continuaba soñando, no queriendo despertar…
JFattore.
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