Fantasía poética.
La flor del médano.
Ese día, desde el amanecer la lluvia bendijo el arenal del desierto con su presencia incesante, pero la tímida flor del cacto, no quiso florecer esa mañana por temor que su dulce fragancia terminara ahogada en las profundas arenas, y así la noche la encontró, agazapada y triste, entonces la luna llena que también la observaba desde su distancia, llamó su atención ofreciéndole un trato; si me regalas tu perfume yo te haré florecer de inmediato, entonces la pequeña flor sonrió y le dijo, tenemos un trato, y en ese mismo instante la luna de plata concentró toda su luz, prestada del fulgor del sol sobre el humedecido y rezagado capullo que lentamente comenzó a abrir como mariposa sus alas luminosas y su embriagadora fragancia hizo que la luna se acercara para impregnar su soledad con tan delicada fragancia, más era tal su abundancia que por todo el medanal se esparció el delicado perfume cubriéndolo de gala y hasta las aves de la mañana y las durmientes criaturas de las sombras se trasnocharon para compartir esa noche de magia, cuando la luna bajo a los médanos y floreció el cacto a medianoche bajo la luz de plata…
JFattore.
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