Tarde de lluvia y sol escondido, de cielos encapotados y arreboles dormidos, la tarde parece prestada a la melancolía, y así me encuentra, disperso, pensativo, con el sentir adormecido, entonces salgo al balcón y respiro profundo, aire fundido en llovizna, húmedo y frío y mi mirar se distrae contemplando como de la tierra empapada manan los tibios vapores de los calores ahí escondidos, mientras tanto la tarde bautizada ya se ha marchado y la noche ha llegado con una recia brisa que va despejando los cielos para regalarnos un paisaje distinto, de índigos rejuvenecidos, estrellas recién bañadas y una luna reluciente y desempolvada, con su arribo comienzan a llegar buscando su lugar, afinando los sonidos en su camuflado escenario, los pequeños habitantes de las sombras, prestos para el nocturno concierto prometido y es justo en este instante que me doy cuenta que ya han despertado mis sentidos, ya mi brújula vuelve a señalar el norte que por momentos había perdido y ya estoy en mi lugar del palco, para disfrutar en primera fila de una de noche de naturaleza y sus espectáculos…
JFattore.
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